Translate

jueves, 10 de abril de 2014

Deja de lastimarte.

Claramente me tomó más de una semana revisar a profundidad y a conciencia mi lista negra. Y más claro aún, voy a seguir revisándola probablemente toda mi vida. Porque es falso si creo que con dos semanas he renacido y soy un nuevo ser, cual ave fénix (nunca tan bacán yo). 
Pero sí estoy notando un cambio, sobre todo porque decidí no seguir negando en mí esas cosas que no me gustaban. Asumí, con vergüenza y resignación, todos los puntos de esa lista. Y decidí ponerme la pilas para ir tachándolos uno por uno. 

Es muy complicado para mí escribir este post, porque tengo sentimientos encontrados. Porque no creo que nadie pueda llegar a la "perfección" de no tener defectos. Creo que ya somos perfectos, así tal cual somos, y no deberíamos dejar de ser como somos, ni avergonzarnos, ni forzarnos a ser de otra forma para encajar. Pero al mismo tiempo, quisiera remover cosas de mí, dejar de ser varias cosas para sentirme mejor como persona (O al menos pienso que así me voy a sentir una vez que deje atrás mis "defectos"). 

Lo cierto es, que una vez que decidí sacar de mi vida a estas acciones que me estaban dañando, me di cuenta de cuanta energía negativa me cargaban. Cada vez que contestaba mal, cada vez que volvía a mentir, cada vez que decidí seguir tumbada en la cama en vez de ponerme a hacer ejercicio, sentía que me hacía Knock Out a mí misma. Que me recargaba de tanta negatividad que me era casi imposible pensar que las cosas pueden ir bien, tanta negatividad que me ensimismaba en mí misma y en que nunca iba a sentirme mejor. Dejar que estos "defectos" controlen mi vida es como hacer un complot contra mi misma ¿Acaso no somos los humanos los seres más tontos del planeta como para hacernos daños nosotros mismos? Hasta vergüenza me da admitirlo. NADIE ME HACE DAÑO, NADIE ME LASTIMA, A NADIE LE INTERESA HACERME SENTIR MAL, SOLO A MÍ. Solo yo con mi INMENSA negatividad me arrastro a esos días de tristeza, de desazón, de dolor. Tal vez muy inconscientemente, pero aún así, he estado haciéndome daño con mis acciones durante casi 23 años. 

Tendría que ser bien tonta si quisiera seguir sintiéndome mal, si me pusiera conformista mode on y preferiría seguir con estos "defectos" antes que sentirme bien. 

Así que creo que ya fue suficiente ¿no? Tenemos que dejar de ser tan hipócritas, no podemos ayudar a los demás si no nos ayudamos a nosotros mismos primero. No vayas y hagas labor social cuando ni siquiera puedes cuidar tu cuerpo y dejar de comer comida chatarra que lo está cagando. No te sientas afligido por los niños pobres de la calle, ayuda a tus hermanos en casa con sus tareas, prepárales algo rico de comer. No llores cuando veas el maltrato de los animales en las redes sociales, sírvele un plato de comida a tu mascota y no reniegues cuando tengas que sacarla a pasear más tarde. No te indignes y crucifiques mentalmente a todos los adolescentes que últimamente tienen la inclinación por matar a sus mamás, mejor consiente a la tuya, invítale un café, ayúdala con las labores de la casa y cuídala. No vayas a construir casas para los pobres, cuando en tu casa no puedes ni tender tu cama o pasarle un trapo a algunos muebles. No te indignes con los miles de casos de discriminación racial que vemos todos los días, mejor preocúpate por ponerle un seguro de salud a los o las trabajadoras que tengas en tu hogar, dales los buenos días y las buenas noches a los vigilantes que te abren la puerta. No llores cuando veas los casos de la Teletón de los niños que no pueden caminar, cuando tú ni siquiera te preocupas por tu cuerpo, mejor aprécialo, cuídalo y respétalo, ponte a hacer ejercicio y comer sanamente. No te compadezcas de la gente que va a grupos anónimos de ayuda, que tiene psicólogo o compra libros de auto ayuda, mejor trata tú también de hacer algo que sane tu mente y alma y te permita concentrarte en ti y ya no más en los demás. 

Vamos a ver, que así, poquito a poquito, con acciones sinceras nos cargamos de puntos positivos y empezamos a ser almas libres, limpias de conflictos emocionales. Vamos a ver que así, de pronto un día, los defectos que considerábamos tener se habrán esfumado. Pero si un día, sientes que vuelven a aparecer, no te sientas mal, recuerda que eres humano, hermosamente imperfecto, y todo lo que haces tiene el único propósito de aprender. 
Y lo más importante para aprender es la sinceridad (contigo mismo). Trátate son sinceridad y honestidad y poco a poco te convertirás en la persona que quieres ser. 


PD: Por lo pronto, les presumiré que estoy tomándome muy a pecho esto de cuidar mi cuerpo. Todos los días me preparo las ensaladas más ricas del mundo acompañadas de una buena porción de proteína y vaya que me hace sentir mejor. Me siento con energía, siento que mi cuerpo responde mejor últimamente, ya no me siento tan decaída y empiezo a sentirme con más vitalidad. Con estos pequeños cambios que estoy haciendo, lentos pero seguros, me estoy sintiendo fenomenal. 

martes, 25 de marzo de 2014

La lista negra.

Hoy nos vamos a sincerar. A ser tan claros como el agua, con nosotros mismos y con nadie más. A dejar de esquivar en el espejo de nuestra alma lo que no nos gusta de nosotros mismos.
¿Qué te parece si hoy no nos fijamos en los defectos de los demás y tratamos de arreglar los nuestros? Suena a tarea difícil ¿No?

Cuántas veces te ha pasado que en una entrevista de trabajo te preguntan cuáles son tus defectos y no tienes idea de qué decir. Blanco. Cero. Nada. Te comió la lengua el gato. Te haces como que la virgen te habla.
¿Qué? ¿Perdón? ¿Me hablabas a mí?
Obvio, responder a esta pregunta frente a una persona que te juzgará a partir de tus respuestas para darte empleo dificulta mucho más tu proceso de ser sincero. No quieres quedar mal frente a tu posible próximo jefe o jefa, pero aún así, vaya que se te hace difícil admitir que sí, tienes defectos.

Y la verdad, es que todos nosotros (bola de cucufatos) nos espantamos demasiado tras la palabra defecto. Como si en nuestro ADN ese fuera un código no descifrado y nosotros no fuéramos portadores de tanto perverso virus llamado: DEFECTO. De inmediato lo relacionamos a algo malo, a las feas características que tiene esa persona que tan mal te cae o a la cruz que todos cargan (menos tú, claro). Yo siempre digo, si algo es sentido o transmitido por una persona, entonces es algo humano y no tenemos que sentirnos mal al respecto porque es inherente a nuestra condición de ser vivo que tiene sentimientos, emociones y pensamientos (todo originado en nuestro cerebro) ¿Qué quiero decir con esto? Que si siento odio no está mal, que si me siento holgazana no está mal, que si soy neurótica no está mal, que si pienso en sexo no está mal, que si quiero matar a alguien no está mal, que si deseo comerme un postre yo sola sin invitarle a nadie no está mal; porque todas esas emociones y sentimientos no fueron creadas o inventadas por mí (soy chévere, pero no tanto) vienen con el paquete de ser humano, perfecto e imperfecto en todo su esplendor. Y todos, o ya hemos sentido esas cosas o podemos sentirlas en cualquier momento. Así que deja de asustarte, persignarte y señalar a los demás. Recuerda que así como ellos en cualquier momento tú puedes estar igual.

Ahora, con esto no quiero decir que vamos a ir por el mundo gritando "¡Así soy yo y si  no les gusta pueden ir todos a chingar a su madre!" (En algunos casos tal vez sí) Porque es obvio que existe un código de conducta social para la convivencia, es obvio que existe el respeto a uno mismo y los demás, es obvio que uno no debería de ir haciendo lo que le da la gana sin pensar que podría hacerle daño a alguien más. Y es aquí a dónde llega el meollo de mi post de hoy.
Si mis actitudes humanas calificadas como negativas para esta sociedad (más conocidas como defectos) están dañándome o dañando a la gente a mi al rededor está claro que debo hacer algo al respecto (si es que en verdad me importa) . Esto claro sí es que estoy buscando ser una mejor persona (para agradarme a mí y no a los demás). Y por eso decidí hacer esta lista negra, que incluye todo lo que no me gusta de mí (no hablo del físico), todo lo que ya no quiero seguir invitando a mi vida, lo que quiero limpiar para que pueda sentirme mejor. Está de más decirte que si estoy escribiendo todo esto aquí es porque quiero que tú también lo hagas, porque estoy convencida de que será un buen paso para la curación de nuestras almas.

Como estoy casi segura de que no te atreverás a hacerlo, a lo mejor por flojera, a lo mejor por no querer aceptar aún tus defectos, a lo mejor porque crees que no es posible o por lo que sea, te voy a dejar mi lista aquí, para sincerarme no sólo conmigo, sino también contigo y darte un empujón (si es que te hace falta) para que me veas transparente y no sólo puras letras tras una pantalla (en verdad quiero lograr eso con la gente que me lee) y te convenzas de que en verdad quiero iniciar la revolución. Que no te de vergüenza, corre, ve por un lapiz y un papel, o empieza a anotar en una página de word, lo que importa es que lo tengas guardado y a la mano y no sea sólo una lista mental, porque para el siguiente post lo vamos a necesitar.
Así que sin más ni más, esta es mi lista:

  1. Soy neurótica. 
  2. Soy mentirosa. 
  3. Soy manipuladora. 
  4. Soy calculadora. 
  5. Soy floja. 
  6. Soy sucia. 
  7. Me gusta saber sobre la vida de los demás. 
  8. No soy sana. 
  9. Me da ganas de chocarle el carro a los que manejan como idiotas. 
  10. Me dan ganas de atropellar a los que cruzan la pista como idiotas. 
  11. Soy egoísta. 
  12. Me gusta humillar a la gente. 
  13. Soy juiciosa. 
  14. Soy chantajista. 
  15. Digo malas palabras. 
  16. Soy insolente. 
  17. Soy peleonera. 
  18. Soy metiche. 
  19. Soy cisañosa (¿Así se escribe?) 
  20. Soy superflua. 
  21. Soy rencorosa.
  22. Soy vengativa. 
  23. Soy criticona. 
  24. Soy malhumorada.
  25. Soy inmadura.
  26. Soy desordenada. 
Bueno, si me conoces, si eres mi amigo o amiga, si has trabajado conmigo, si eres mi familia, si eres mi novio, si alguna vez te caí bien, a lo mejor ahora tras leer esto pienses lo peor de mí por mi larga lista (y estoy segura que me faltan cosas) a lo mejor ya no te voy a gustar tanto, a lo mejor ya no me querrás leer, y está bien, yo también pensaría lo mismo de mí. Pero te juro, hago esto porque me he propuesto ser una persona que me guste más. Y recuerda, no debes escupir al cielo, porque seguramente te caerá encima (Así que ve y haz tu lista, tal vez no es tan larga como la mía, tal vez sí) 

Ahora, tengo una semana y tú también si te animaste a hacer tu lista, para interiorizar todos estos defectos que escribimos. Para detectarlos cada vez que los notemos, para que identifiquemos que es lo que los detona, para aceptarlos como propios (son mis defectos y de nadie más) y para reconocer: Sí, no soy perfecta.
La próxima semana será otra historia.

martes, 18 de marzo de 2014

Sanando desde adentro.

Primero, quiero disculparme por escribir después de un mes (si es que a alguien le interesaba que siguiera escribiendo).  Y no voy a inventar excusas del porqué no escribí, simplemente no sabía en qué momento lo haría, ni si en realidad me sentía preparada para iniciar con esta revolución.
Porque sí, a veces todos tenemos subidas y bajadas (en mi caso siempre son más bajadas). De hecho, si he de ser sincera, en este momento me encuentro en una de las bajadas más grandes, pero he decidido que quiero aprovecharla y tratar de sacarle algo para mi beneficio y no al revés.

Y como dice el nombre de esta publicación, hoy se trata de sanarnos desde adentro. No es fácil, no es sencillo, llevo haciéndolo hace casi un mes y aún mi interior tiene un cartel que dice: "DISCULPE LAS MOLESTIAS, ESTAMOS TRABAJANDO PARA MEJORAR".  Pero sé que es posible, porque mal que bien, me siento feliz de los pequeños logros que voy teniendo.

Para ser la mejor versión de nosotros, la que nos haga sentir increíbles, tenemos que empezar por adentro ¿Esto qué quiere decir? Pues que tenemos que estar sanos. Sanos en todo sentido: mente, cuerpo y alma.
No es mi intensión convertir este espacio en un diario, pero para darles una idea de lo que hablo (Y al mismo tiempo presumirles que así como ustedes, estoy dando los mismos pasos. Ni más, ni menos, los mismos) les contaré cómo es que me estoy curando de adentro, y los invito a hacerlo también.

1. Fui al médico. Hace como dos años venía quejándome de todo: Me duele esto, me duele aquello.. Pero lo gracioso de esto es que no hacía NADA por sentirme mejor. En verdad, NADA (Y estoy segura que ahorita estás leyéndome y al mismo tiempo sintiéndote identificado) Hasta que decidí que había sido suficiente y que si quiero verme bien, debo sentirme bien. Así que bueno, para no hacerles el cuento largo fui a la clínica y en un sólo día maté como 10 pájaros de un tiro, me revisé de muchas cosas, fui con varios doctores de distintas especialidades y al terminar el día, sin que hubiera empezado ningún tratamiento aún, ya me sentía mejor.
Eso sí, me gasté un montón de dinero porque el sistema de salud en nuestro país es deplorable pero valió totalmente la pena. Tenemos que dejar de ser tan tacaños con nosotros mismos. Seguramente no quieres pagar una consulta médica de 50 soles, pero te apuesto que sí te los beberías en unas cervezas el fin de semana ¿no? Hay que dejar de ser hipócritas, no con los demás (Todavía no llegamos a ese punto) sino con nosotros mismos. Seguramente has repetido incontablemente el corito: "Yo sé cuidar mi cuerpo" y sin embargo no lo haces. Si tú no te quieres y te cuidas ¿Quién crees que va a hacerlo? Así que si crees que algo en tu cuerpo debe ser revisado o curado o simplemente crees que necesitas un chequeo general para sentirte mejor, este fin de mes ve a cualquier hospital, clínica, médico particular o lo que gustes e invierte una cantidad de tu sueldo en atender a tu cuerpo que aguanta tus estupideces más que nadie día tras día. Te lo puedo prometer, te vas a sentir mejor instantáneamente.

2. Renuncié a mi trabajo. Y vaya que lo necesito. Pero no pude, me sentí atrapada. Atrapada haciendo algo que no quería y que me estaba agotando emocionalmente. Llegaba la mañana y quería llorar, llegaba la tarde y lo único que quería era salir corriendo de esa oficina que más parecía un calabozo. No les miento, estaba atrapada en una habitación, con otras dos chicas, que tenía el tamaño de un baño (Y un baño pequeño, imagina el más pequeño que puedas) había una ventana pequeña de la que no recibía aire, ni luz del día. Si no hubiera sido por el reloj nunca habría sabido que hora del día era. Yo me pregunto ¿Seré muy sensible? ¿O es que las demás personas que trabajaban ahí se habían vuelto demasiado insensibles como para no darse cuenta? También existe la necesidad, eso no lo cuestiono para nada. Sin duda ahí había gente que realmente necesita el trabajo, y no es que yo no lo necesite, pero voy a que probablemente hay gente que depende de ellos y no se pueden dar el lujo de irse así como así. Y tampoco quiero incitarlos a todos ustedes a que dejen sus trabajos y nos volvamos todos juntos unos holgazanes.
Voy a que tenemos que estar felices con lo que hacemos, sea lo que sea. Una vez leí, en alguno de esos tantos memes que rondan por Facebook: "Odiar tu trabajo es estúpido si consideras que ahí pasas la mitad de tu vida" y vaya que es cierto.
No podemos seguir forzándonos a estar en un trabajo que no nos gusta, a estar en una relación que no nos gusta, a ir a lugares que no nos gustan, a aceptar cosas en nuestra vida que no queremos. A la larga, hacen más daño del que creemos, más daño que todos los cigarros del mundo y todo el rico aceite recalentado que todos nos tragamos del KFC. Nos dañan el alma, lo que es más mortífero que nada.

Atrévanse conmigo a decir no, a decirlo las veces que sea necesario hasta que sean felices y se sientan satisfechos con su vida. No está mal que rechacemos cosas, que no les de vergüenza, no digan que sí por compromiso, por presión o por necesidad. Digan que no porque creen, saben y están convencidos de que merecen algo mejor.
Estoy en una total restauración en mi vida, estoy ordenando de a pocos mi habitación para convertirla en un lugar de paz, tranquilidad e inspiración para mí. Estoy buscando comprometerme al 100% con este blog para ayudarme a mí y a los que se quieran unir. Estoy pensando en iniciar un negocio (Para ganarme los frijoles) y hacer algo con verdadera pasión y vocación.

No los invito a unirse a mí ¡Los obligo! Si ya estás por aquí y te soplaste todo lo anterior quiero que te sientas obligado a restaurarte también, a hacer una limpieza profunda y empezar a mostrar lo mejor de ti.

viernes, 7 de febrero de 2014

Reubiquemos nuestra vida - Bienvenidos.


No voy a permitir nunca más que alguien critique mi físico. Menos aún, voy a volverme a ver fea en el espejo. Lo que hoy quiero empezar es una revolución. Sí, una revolución del buen quererse, aceptarse y cuidarse. Seguramente tomará tiempo, habrán subidas y bajadas, pero el objetivo no va a cambiar: VAMOS A REUBICAR EL SENTIDO DE NUESTRAS VIDAS. 

¿No te sientes cómoda (o) con tu apariencia? ¡Perfecto! Eso no está mal, casi todos tenemos algo en nosotros que no nos gusta. Empieza a querer cambiarlo, a hacer ejercicio, comer de manera sana, vestirte bonito para que al verte en el espejo te sientas más guapa (o) que nunca. Pero hazlo porque quieres, porque estás decidido, porque no vas a tolerar seguir sintiéndote incómoda (o) con tu persona, y no porque alguien más te diga que debes hacerlo. 

Hemos entrado en una época, en la que tener un físico de 10 se ha vuelto necesario. Cuando digo "de 10" hablo de gente delgada, mujeres curvilíneas, hombres musculosos, dientes blancos, cabellos lacios y clósets gigantes. Y no sólo eso, sino que todo lo antes mencionado ha de ser aprobado por la gente que te rodea. Porque entonces, no importa que tan delgada (o) seas, que tan curvilínea, músculoso o perfecto creas ser, si a los demás no les parece que lo sea, entonces volverás a sentirte insatisfecho. Si tu entorno no te muestra la paleta con un 10 de calificación, todo lo anterior habrá sido en vano. 

Y sí, no digas que no, en este mismo momento debes estar pensando: "Yo no soy así, no me guío por lo que dicen los demás, visto como quiero, soy como quiero" pero tú que lees y yo que escribo sabemos que no es así (y si me estoy equivocando aplaudo tu autoestima y envidio al nivel de inteligencia emocional al que has llegado). 
Si alguien criticó el vestido que llevas puesto hoy, probablemente no vuelvas a usarlo sin importar cuanto te haya gustado. Si alguien te dijo que no se te ven bien los shorts porque tus piernas son muy flacas, seguramente te sentirás insegura (o) de usar uno algún otro día. Si alguien se burló de tus brazos gorditos, lo más probable es que pienses en cubrirlos aunque el calor nos aseche a todos. Y si alguien cree que algo en ti no está bien, estoy casi segura (y creo que tú también) que empezarás a creer que sí, en efecto, "eso en ti" no está bien. 

Pero ¡Vamos! para este punto de mi publicación creo que ya sabemos que es lo que verdaderamente NO ESTÁ BIEN. Ajá, tienes razón, no eres tú. Tú no estás mal, tú con tu vestido apretado, tus delgadas piernas, tus brazos gorditos, tus mil y un "imperfecciones" no están mal. Es la gente la que está mal, la gente que te rodea, la gente llena de dolor, de envidia, de tristeza, de rencor. Esa gente a la que probablemente alguna vez hirieron mucho y hoy quieren que tú también te sientas herida (o), porque obviamente, si ellos se sienten inconformes, tiene mucho sentido que todos los demás a su alrededor también se sientan así. Si tú que me lees, has hecho comentarios como los anteriores a alguien, debes saber que no está bien. No tiene ningún sentido que le hagas saber a alguien sobre sus "imperfecciones" porque probablemente ya las sabe, probablemente no necesita que tú se las recuerdes, probablemente no le importe tu opinión, probablemente la hagas sentir mal, probablemente en ese momento tú te estás viendo más imperfecto al querer notar lo "malo" en una persona y no reconocer lo bueno en ella. 

Está claro que no sólo el físico, la apariencia y la salud deben ser trabajados día con día para lograr que estén como nos gusta. Nuestra mente también debe ser trabajada. Si tú que tienes una maestría en ser el o la "jodidita" "bromista" "la o el que pone las chapas más bacanes" también tienes un arduo trabajo aquí con nosotros los imperfectos, estás invitada (o) si quieres, a reubicar tu vida y sanar tu mente para enfocarla en algo que te dé provecho y puedas dejar de ser el perfecto bully que a nadie le cae bien, que nadie quiere tener cerca y todos evitan. Y si por el contrario, eres la lágrima andando, este ser que siempre es tan afectado por todo lo que los demás dicen, "el que no tiene correa", y que siempre busca la aprobación de todos, está de más decirte que este es tu lugar y que juntos vamos a lograr (me incluyo) que lo que la gente diga ¡Nos valga un pepino! 

Entonces ¿Qué dicen, se unen en esta cruzada del buen quererse, aceptarse y cuidarse? 
¡Bienvenidos!